jueves, 15 de noviembre de 2012

Así ejerzo mi derecho a la protesta



Me he enterado por casualidad de algo que me ha emocionado mucho. Ayer justo el día de la Huelga, muchos fueron los que pararon y no vinieron a trabajar para protestar, aunque perder un día de sueldo no es plato de buen gusto para nadie, tenemos derecho a esa protesta. Los laboratorios estaban casi vacíos, y el centro estaba tan tranquilo que te daba una sensación melancólica.

Una de las personas que normalmente más manifiesta su descontento e indignación por todas las cosas que pasan, sorprendentemente ayer no se manifestó y vino a trabajar, más tarde me enteré que la parte remunerada correspondiente al día perdido por la huelga, la metió en un sobre y se lo entregó a otra persona, científico, que está esperando consigamos aprueben su proyecto, y que ahora lo necesita. Que grande!

Esto me hace pensar en algo que leí y que rezaba más o menos así “el hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo”. Así pues, el progreso depende del hombre irrazonable?

¿Es razonable ejercer tu derecho a manifestarte con un gesto generoso, silencioso?.

Porque los cambios se hacen desde el individuo hacia lo colectivo es razonable incidir en el cambio, empezando por cambiar la actitud y convencerse de que para cambiar las cosas hay que hacer que las cosas pasen de abajo hacia arriba. Y para hacer que las cosas pasen, hay que estar (como me dice un buen amigo cuando me debilito), y hay otras formas de decir: quiero cambiar el mundo, no me gusta, y empiezo a partir de lo que está a mi alcance, cambiando la suerte de los que tengo cerca y sé que lo necesitan. Así ejerzo mi derecho a la protesta!

El gesto de esta persona, anónima, trabajadora del centro, científica, y con la misma suerte inestable de todos, ha conseguido que unos cuantos la copiemos y le demos continuidad a alguien que está esperando su proyecto, y que le dará un mes o dos de respiro, esto es mucho, es todo!. Lo mejor es que no es español, y que sin este respiro tendría que volver a su país, sin nada.

Una lección de humildad, generosidad, como explicarlo!, una forma de protestar y de buscar soluciones al alcance, una solución a alguien concreto, victima colateral de una situación política, económica y social.

No hay que esperar a que las cosas cambien, hay que hacer que las cosas pasen.